Según los estudios más recientes, las mujeres ocupan aproximadamente un tercio de los puestos en los consejos de administración tanto en la empresa familiar como en otras estructuras empresariales. Esta cifra ha mostrado una tendencia al alza en los últimos años, reflejando los cambios sociales y económicos a nivel mundial.
Tradicionalmente, la mujer era quien mantenía a la familia unida sin desempeñar un rol institucional visible. Sin embargo, en la actualidad, la empresa familiar se enfrenta a una serie de retos tanto en el ámbito de los negocios como en lo referente a la continuidad, la armonía familiar y la gestión del patrimonio. En este contexto, es necesario aprovechar todo el capital que cada miembro de la familia pueda aportar para superar estos desafíos.
La mujer y la empresa familiar
En las empresas familiares, las mujeres a menudo desempeñan un papel esencial en la gestión de las relaciones interpersonales. La naturaleza familiar de estas empresas suele implicar dinámicas complejas, y las mujeres tienden a destacar en la construcción de conexiones sólidas, la resolución de conflictos y, en consecuencia, la promoción de la armonía familiar. Esto tiene un impacto significativo en la creación de una visión común compartida y, por tanto, en facilitar el establecimiento y mantenimiento del protocolo familiar.
No se trata simplemente de equidad, sino de una estrategia empresarial natural e inteligente que contribuye al éxito. La mujer aporta:
- Diversidad de perspectivas y enfoques para abordar problemas y tomar decisiones, habilidades y puntos de vista únicos que enriquecen el proceso de toma de decisiones
- Creatividad e innovación. La diversidad fomenta la creatividad, algo crucial en un entorno empresarial incierto.
- Mejor representación de los clientes en las decisiones empresariales.
- Mejora del clima laboral. La diversidad e igualdad de oportunidades son factores clave para la satisfacción y la retención de empleados.
- Gestión del riesgo. Las diferentes perspectivas ayudan a identificar riesgos que podrían pasar desapercibidos en un grupo homogéneo.
El papel de la mujer en la empresa familiar ha evolucionado significativamente, pasando de roles tradicionales a posiciones de liderazgo y contribuciones estratégicas. Su presencia y participación activa no solo enriquecen la dinámica interna de la empresa, sino que también fortalecen su capacidad para enfrentar los desafíos actuales y futuros en un entorno empresarial en constante cambio.
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