Imagina que quieres aprender a conducir, ¿Qué tendría más sentido, que conduzcas tú o el profesor? La misión del consultor de empresa familiar debe ser clara: guiar educando, no responsabilizarse de los problemas de las empresas familiares.
Metafóricamente, podríamos distinguir dos perspectivas posibles para definir cómo debería intervenir un consultor según nuestro cliente: como Sherpa o como guía.
Metáfora del Sherpa y el Guía
Los sherpas son un grupo étnico del Himalaya conocido por su habilidad en el alpinismo y trekking, destacándose por llevar el equipo pesado de las expediciones que acompaña. Al igual que un sherpa, podríamos vernos tentados a asumir todas las responsabilidades de las acciones que se lleven a cabo en la empresa familiar, pero esto solo genera dependencia.
Un Sherpa lleva la carga, mientras que un guía muestra el camino, facilitando la autonomía de la familia en su propio desarrollo y toma de decisiones. Educando y enseñando el camino que mejor se adapte a las necesidades de la familia para que, una vez el proceso haya concluido, la familia sepa cómo mantener los aprendizajes adquiridos del consultor.
La eficiencia del consultor de empresa familiar
La eficiencia de nuestro trabajo se refleja en la capacidad de la familia para continuar su desarrollo sin nuestra constante presencia. Un consultor eficaz promueve un entorno donde todas las voces se escuchan, se resuelven desacuerdos constructivamente, generando un equilibrio y un ambiente positivos en las interacciones familiares. Nuestra función es mostrar el camino, empoderar a la familia y fomentar un ambiente de crecimiento y resiliencia, asegurando que puedan avanzar con autonomía y confianza.
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